Edición # 1 - Bogotá, Colombia –
Director:
Marlon Colmenares Vega OPINIÓN
Desde décadas anteriores y gobiernos
pasados, la búsqueda por la legalización de la droga, ha sido una causa
inminente para que los presidentes la establezcan dentro de los mandatos, este
es un tema demasiado cultural y que ante la sociedad puede tener varias
posiciones morales, en algunos países que
alcanzan un alto desarrollo tanto cultural, como económico el tema ya es
un hecho.
La intromisión de la violencia en
nuestra sociedad, es un problema de varios años atrás, pero más allá de una
guerra de armamento se involucran las drogas, como mercado, medio de empleo, y
hasta forma de vida, de allí la aparición de los carteles del narcotráfico, que
es de los principales impulsadores del mercado ilegal de estupefacientes dentro
de una comunidad, siendo así los causantes del consumo de la humanidad. Es
claro reconocer que por años este flagelo ha venido arrasando con otros
sectores de la sociedad, involucrándolos de cualquier manera al problema
llamado narcotráfico. Si a un país se le diera la libertad o el permiso por
realizar una conducta, este la realizaría de cualquier manera y sin necesidad
de esconderse. Si se estableciera una legalización dentro del marco de la
sociedad, el narcotráfico posiblemente desaparecería y la guerra entre bandos
por el poder de este mercado ya no existiría.
Pero la realidad es otra, hace pocos
días el senador Juan Carlos Vélez, propuso en su proyecto de ley que se
estableciera medidas de tratamientos pedagógicos o terapéuticos, para aquellas
personas que consuman sustancias psicoactivas, este proyecto tiene como fin
apoyar a las personas, en esta situación para mejorar su calidad de vida y
evitar que este hecho siga trascendiendo porque, esta problemática ocurre hasta
en establecimientos educativos en donde se ven involucrados los jóvenes, en
casos más extremos menores de edad. En las universidades frecuentemente se ven
rodeadas de jíbaros o individuos que ofrecen sustancias alucinógenas con el
único objetivo de atrapar clientela y enredarla en este mundo tan difícil,
aunque es muy diferente si dentro de una Universidad atrapan a cuatro estudiantes
con veinte gramos de mariguana o la tan llamada dosis personal fácilmente la
Policía Nacional teniendo una orden judicial y por derechos podrían entrar al
establecimiento privado, poner en arresto a los estudiantes e incautar la droga
decomisada y a su vez ser llevados a la Unidad
Permanente de Justicia (UPJ), mientras que un juez tome una decisión sobre este
caso, es decir por qué la dosis personal
aún no ha sido legalizada en Colombia.
Los estudiantes universitarios a nivel nacional en su gran mayoría
consumen o han probado las Drogas, sin definir si está legalizada o no si tiene
penalidad o no, pero el problema real no
radica ahí, el problema radica en la necesidad y circunstancias que impulsan a
los jóvenes a consumir este tipo de alucinógeno, los problemas, compañías y
pensamientos de él joven que está en proceso de educación y maduración,
entonces es importante definir desde diferentes puntos de vista como para
empezar a analizar si se legaliza, se penaliza, el hecho es de crear conciencia
a los jóvenes de que es un camino en que se puede entrar muy fácil, pero el
cual es muy difícil casi imposible de salir, por ende, es importante considerar
programas de prevención en el cual los jóvenes no se dejen llevar por este
camino y sean capaces de reaccionar ante las situaciones de debilidad que los
impulsa al camino de consumo de alucinógenos, de esta manera sería factible
controlar esta problemática, porque en realidad es algo que rodea cada rincón
del país, sin excluir sexo, estrato social, religión, raza, puesto que todos
somos iguales y al fin de acabo alguna vez en la vida todos hemos tenido
debilidades ante muchas situaciones.
“MACOVE”
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